Mientras tanto, Estados Unidos lanzó una nueva ofensiva aérea contra posiciones jihadistas de este país para establecer “mayor control” en la zona.
Ayer trascendió que el Papa Francisco donó un millón de dólares para respaldar a los cristianos y a otras minorías religiosas en Irak, obligadas a huir de sus casas por los ataques del Estado islámico. El Pontífice lo hizo a través de su enviado especial a Irak, el cardenal Fernando Filoni, quien lo explicó tras regresar de su misión en Erbil, donde estuvo entre el 12 y el 20 de este mes. El cardenal dijo que “el 75 por ciento del dinero fue entregado a los católicos, mientras el restante el 25 por ciento fue para la comunidad yasidí”.
El Papa, dijo Filoni, “me dio una misión humanitaria, no diplomática, y esto es lo que destaqué ante las autoridades de Irak”, añadió.
En este marco, Estados Unidos lanzó una nueva ofensiva aérea contra posiciones jihadistas en el norte de Irak, en una clara señal de que Barack Obama no se dejará frenar por la decapitación esta semana del periodista James Foley ni por amenazas de nuevos asesinatos de rehenes extranjeros si los ataques continúan.
Funcionarios estadounidenses confirmaron que se llevaron a cabo seis ataques cerca de la represa de Mosul, que fue retomada de los militantes del EI esta semana por una fuerza combinada de kurdos e iraquíes.
El objetivo fue consolidar el control de las fuerzas gubernamentales en esa vital posición y establecer un perímetro de seguridad.