En apenas cuatro noches detrás de las bandejas del boliche Amnesia, la "niña rica" cosechó unos tres millones de dólares.
La polémica Paris Hilton viajó a Ibiza y, en vez de reventar la tarjeta, le agregó un par de ceros extra a la fortuna que heredó de su padre Richard, el dueño de la lujosa cadena de hoteles "Hilton". ¿De qué manera? Pinchando discos en un boliche.
Claro, no se iba a poner a lavar copas, atender clientes o servir tragos. Esas son actividades que la "niña rica" de los Estados Unidos siempre vio de lejos. Lo que hizo fue subirse a las bandejas de Amnesia, uno de los boliches más importantes de Ibiza, y apretar un par de botones por cuatro noches.
Según lo que trascendió, 2 millones 700 mil dólares. Algo así como 347 mil dólares por hora, nada más que por darle play a varios remixes, siempre bajo la supervisión de un técnico que estaba ahí para asegurarse que la rubia no rompa nada. Plata fácil.