Se trata de uno de los últimos sobrevivientes de la terrible persecución comunista en Albania.
Tirana. Entre lágrimas, el papa Francisco estrechó en un fuerte abrazo al sacerdote Ernest Simoni, de 84 años, uno de los últimos sobrevivientes de la terrible persecución comunista en Albania, quien fue encarcelado en condiciones inhumanas y se libró de una condena a muerte por su fidelidad a la Iglesia y al Sucesor de Pedro.
Durante su visita a Tirana, capital de Albania, Francisco escuchó con atención el testimonio del Padre Simoni. El presbítero relató que en diciembre de 1944 comenzó en Albania un régimen comunista ateo que trató de eliminar la fe y el clero con “arrestos, torturas y asesinatos de sacerdotes y laicos por siete años seguidos, derramando la sangre de los fieles, algunos de los cuales, antes de ser fusilados gritaban: ‘Viva Cristo Rey’”.
En el año 1952, las autoridades comunistas reunieron a los sacerdotes que sobrevivieron y les ofrecieron vivir en libertad a cambio de distanciarse del Papa y el Vaticano, una intención que nunca aceptaron