Es uno de los atractivos turísticos de Fagaras, en Rumania. A este sitio llegan representantes de distintos credos.
Un sacerdote rumano pone las velas en una iglesia construida completamente de bloques de hielo cortados de un lago congelado en las montañas Fagaras, Rumania. La iglesia, construida a una altitud de más de 2.000 metros, será la sede de todo tipo de eventos religiosos como bodas y ceremonias de bautismo mientras dure el frío.
En Rumania, un grupo de sacerdotes se abrigó bastante para subir a lo alto de la montaña Fagaras y bendecir el templo hecho de hielo.
Esta iglesia no sólo se caracteriza por tener una arquitectura gélida, sino que logró reunir a cantidad de distintas religiones, entre cristianos, ortodoxos, católicos y protestantes, a más de 2 mil metros de altura.
El templo tiene seis metros de alto y fue construido con hielo, para luego ser cubierto con nieve. Las imágenes religiosas también fueron talladas, como el crucifijo y una representación de lo que es la última cena.
Cada cinco años, todos los inviernos este templo es reconstruido y mejorado para albergar a los turistas y público en general que asiste a celebraciones de bautismos y matrimonios.
En estas frías montañas de Rumania, los ministros predican en el frío intenso. Los visitantes aprovechan para retratar cada rincón de uno de los monumentos religiosos más particulares de la cultura católica. Lo curioso son las flores que adornan el lugar. Uno podría pensar que se marchitan por el frío, sin embargo se mantienen más de lo habitual.
Uno de los atractivos de la iglesia en las montañas Fagaras no sólo es el reencuentro con la fe, sino también con los deportes invernales. Para los amantes de las aventuras, este es un buen destino.