El precio de una caja de 50 balas ronda entre 450 y 500 pesos, pero en el mercado negro puede llegar a ser hasta el doble de caro.
Una vez más el Ejército está en la mira, pero esta vez es por un faltante de armas. El 12 de enero pasado, se perdió el rastro de 26.000 balas de calibre 9 mílimetros en el Batallón 603 de San Lorenzo, en la localidad santafesina de Fray Luis Beltrán.
Tras haberse conocido esta sustracción, el Ministerio de Defensa ordenó suspender a dos oficiales y cinco suboficiales que estaban a cargo de la custodia del armamento, y dispuso la mudanza de los proyectiles para su protección.
Se trata del segundo caso de estas características que ocurre en las Fuerzas Armadas. Pocos días antes, había desaparecido un misil TOW 2 del Escuadrón de Caballería Blindado 1 de la Plata. El nuevo faltante fue denunciado a fines del año pasado por el Ejército ante el Juzgado Federal N° 3 de Rosario, a cargo de Carlos Vera Barros, que derivó la investigación al fiscal Mario Gambacorta, publicó hoy el diario La Nación.
En comparación con el hurto del misil, que según los funcionarios estaba inoperativo, los 26.000 proyectiles pueden llegar a cargar completamente 2.000 pistolas 9 milímetros, un tipo de arma que es muy utilizada por los delincuentes. El precio de una caja de 50 balas ronda entre 450 y 500 pesos, pero en el mercado negro puede llegar a ser hasta el doble de caro.