Durante el transcurso de esta semana se llevó adelante el juicio oral, pero no público, en contra de un sujeto acusado de violación hacia su hija menor de edad. El juicio se desarrolló a puertas cerradas para preservar a la menor. La joven, hoy adolescente, se animó después de seis años a denunciar las violaciones reiteradas de su padre biológico, que comenzaron cuando tenía 11 años, en una causa que comenzó a tramitarse en 2014.
En la lectura del fallo no se dio el nombre del violador, también para resguardar la identidad de la adolescente, al tratarse de su padre biológico, por lo que comparte el apellido.
Se les asignó una inicial a víctima y victimario y fue el Dr. Juan José Varela, como presidente del tribunal oral, quien procedió a la lectura pasadas las 11 de esta mañana.
En la sentencia, resuelve condenar al acusado “a la pena de 15 años de prisión, accesorias legales y costas, por considerarlo autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual agravado, reiterado en un número indeterminado de veces; abuso sexual con acceso carnal agravado, reiterado en un número indeterminado de veces, en concurso real, y en concurso ideal con promoción de corrupción de menor agravado”.
Luego de la tipificación de cada delito y la fijación de costas, en el punto 5 dispone “ORDENAR a la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia que EN FORMA INMEDIATA implemente un dispositivo de orientación y contención para la víctima y su grupo familiar, en conformidad a lo establecido en la ley 26.485”.
El fallo está firmado por Varela y los jueces Martín Pablo Bramati y Daniel Borrone.
Los fundamentos del veredicto serán expuestos el próximo viernes 13 de marzo a las 14, y como primera repercusión hubo conformidad de parte de la Fiscalía, que había pedido 18 años de cárcel para el violador.
Según se informó por FM Aire Libre, la joven se había acercado al grupo juvenil perteneciente a un culto religioso y allí logró exponer lo que estaba padeciendo, luego de seis años de calvario.
El fiscal Jorge López Oribe destacó que “el tribunal consideró acreditados los hechos y la autoría del acusado” y lo consideró “un fallo acorde a lo que se pedía”.
Apuntó que “se tuvieron en cuenta los agravantes, particularmente en las pericias psicológicas que constaban en la causa se vio un alto grado de perversidad en el vínculo paterno familiar, y las graves consecuencias generadas en la víctima. También se tuvo en cuenta la edad de la víctima”, subrayó, dado que era una niña cuando comenzó a ser sometida por su padre.
Sostuvo que hubo varios elementos en contra de este sujeto, aportados como prueba, entre ellos las declaraciones testimoniales, los informes ginecológicos, y además “se contaba con un informe de la computadora donde había registros de búsqueda y bajada de sitios de contenido pederasta e incestuoso. De nuestra parte eso fue radical”, remarcó.
La vivienda había sido allanada para secuestrar la computadora del criminal y buscar en los registros, con resultado positivo dado que había material de sexo explícito entre adultos y jóvenes, y relaciones incestuosas. Además de la violación la niña era expuesta a este material, de allí la condena por “promoción de corrupción de menor” que se agrega como agravante.
El sujeto ya estaba detenido y, con una condena de prisión efectiva, el cumplimiento es inmediato.
Al margen de la actuación judicial hubo un reproche político del tribunal, compartido por la fiscalía, por la “carencia de instituciones para atender este tipo de casos”, dado que la adolescente se encuentra sumamente afectada y el estado no ofrece contención actualmente. No obstante es importante el precedente que sentó el fallo, al ordenar acciones concretas a la Secretaría de Derechos Humanos.
