La falta de edificios escolares en la Margen Sur, una zona alejada del centro de la ciudad y donde más crecimiento poblacional se ha registrado, dejaría hoy a un tercio de los estudiantes sin cupo en el sector, obligados a recorrer kilómetros para poder estudiar.
Por FM Aire Libre, el dirigente barrial Javier Planes reclamó un nuevo edificio para el nivel secundario, dado que por falta de espacio se habilitaron turnos vespertinos y los menores tienen que estudiar de noche.
Desde el Ministerio se habilitaría como paliativo un anexo, que no resuelve la situación de fondo. “El año pasado juntamos 600 firmas en cuatro días para pedir a la ministra que abriera un anexo en la escuela 44, dado que la escuela 4 a la noche tiene secundario para adultos y están rebalsados los espacios”, dijo Planes.
“La ministra se comprometió en este tiempo a impulsar el anexo en la escuela 44”, concedió, pero no hay señales de nuevos edificios.
“Nos da mucha bronca e indignación, porque la superpoblación en Margen Sur no es nueva. La escuela Antártida Argentina es el único secundario que tiene un turno nocturno. De acuerdo a la ley no debería existir ese turno”, sostuvo.
Recordó que ese establecimiento a su vez “surgió de un anexo de la escuela 4”, dado que nunca se planificó para la zona pese a la gran demanda por los nuevos asentamientos.
“Hay cientos de chicos que se presentan todos los días y están quedando sin cupo”, dijo y, si bien consiguen en otra escuela, deben trasladarse kilómetros desde el otro lado del puente al centro de la ciudad.
“Hace años pedimos otro secundario más. El anexo va a descomprimir algo pero no es la solución porque a nadie le gusta tener un secundario a la noche. Queremos un secundario y lo planteamos hace mucho”, insistió.
El anexo se habilitaría “en una semana o un mes” pero las condiciones no son las adecuadas. “Hay aulas en espacios donde no deberían estar. La biblioteca está dividida por biombos y no es nuevo. Siempre los padres tenemos que estar haciendo estos reclamos para que se haga algo”, señaló.
Se conjugan varios factores: los chicos sin cupo en la zona, que tienen que salir muy temprano y tomar el colectivo hacia alguna escuela del centro de la ciudad; y los que tienen cupo pero deben estudiar de noche. “El colectivo no ingresa a muchos barrios y sería bueno una solución definitiva en la zona. Hoy más del 30% de los chicos se queda afuera”, afirmó, al tiempo que expuso la inseguridad para los que consiguen lugar cuando ya no deberían andar por la calle: “En ningún colegio los menores de edad deberían ir de noche a estudiar. El barrio El Mirador queda a 27 cuadras de la escuela Antártida Argentina y muchas veces los tienen que hacer caminando”, concluyó.