El chofer del taxi, aún se encuentra prófugo de la justicia y es buscado intensamente por la Interpol.
BUENOS AIRES.- Manuela (20) es la chica que conmovió al país, luego de denunciar que fue violada por un taxista cuando se ofreció llevarla a su casa.
La joven escribió una desgarradora carta en donde sostiene: "Quiero que la vida me deje de doler".
A continuación, la carta completa:
Escribo
esto porque si no, no voy a poder estudiar esta noche, ni dormir, ni
pensar, ni respirar bien. No sé bien a quién le escribo ni en propósito
de qué, pero doy por sentado que cada quién se dará por aludido.
Tengo
20 años y en mi haber algunos que otros fracasos sentimentales,
estudiantiles y familiares. También tengo sueños y manías, tengo caídas y
manos amigas que me ayudan a levantarme. Y hoy, o mejor dicho, a partir
del sábado 18 de abril, a determinada hora, en determinado lugar, tengo
en mi haber, en este capítulo de mi vida, una violación.
Y les quiero explicar qué significa.
Se
trata de un acto, un acto sexual contra mi voluntad. Se trata de que me
falló la intuición y de que estuve en el lugar equivocado, en el
momento equivocado, con la persona equivocada En fin, se trata de un
error que cometí.
Me subí a un taxi, acepté
subirme a un auto porque quien conducía ese auto se ofreció a llevarme a
mi casa, de la que no tenía llaves porque confié y creí amiga también a
una persona equivocada. Y yo, en un momento de vulnerabilidad me subí.
Les quiero contar por qué.
Me
subí primero porque era un radio taxi premium. Ese radio taxi que los
padres y tíos nos dicen que nos tomemos porque son más seguros. Ahí
cometí el primer error.
Porque los violadores
no sólo están en los callejones oscuros esperando para atacar o en las
vías del tren. Los hay en las oficinas, en las confiterías, en las
familias, en los parques y en los radiotaxis al parecer, también.
Mi
segundo error fue haber perdido el conocimiento. Así que sí, cometí 2
errores. Pero les quiero hablar de la otra persona que estaba conmigo
adentro de ese auto, de mi violador. De él, que, a diferencia de mí, que
cometí dos errores, cometió un delito: la violación.
¿Quién no soy ni quiero ser?
No
vine a este mundo a ser una mediocre. Así que no quiero serlo. No puedo
seguir diciendo que esta bestia me arruinó la vida porque puedo hacerme
cargo de los errores que cometí pero no del delito que cometió él. Y la
totalidad de mi vida no puede reducirse a que me haya violado un tipo
que, dicho sea de paso, no sólo está prófugo sino que está libre. Y para
mí la libertad es lo más preciado que tenemos y él, no se la merece.
Cada
vez que me violó en contra de mi voluntad ensució, pisoteó, insultó y
traicionó a la libertad. No quiero a este violador libre, lo quiero
privado de su libertad, encerrado y hostigado, como estuve yo esa mañana
adentro de ese auto.
Merezco volver a ser
libre y volver a tener sueños. Merezco volver a sentir cosas lindas y no
este veneno que tengo dentro mío. Merezco volver a reír con ganas y a
llorar solo por lo que haga falta. Merezco tener una familia y unos
amigos que puedan contar conmigo. Y si esto es mucho pedir, entonces,
por lo menos merezco poder comer, dormir y estudiar. Merezco volver a
confiar en alguien una vez más. Porque cuando te violan, el tiempo es
denso y esperar es un espanto.
Quiero que la
vida me deje de doler. Quiero que estar despierta sea un deseo y no una
tortura. Quiero que dormir sea descansar y soñar con cosas lindas, no
quiero más pesadillas con la cara de este animal (con perdón de los
animales).
Quiero que a mi mamá no le duelan las sonrisas. No quiero que la gente me tenga lástima. Quiero que la gente quiera justicia.
Pueda
que jamás me olvide de esa eternidad en la que fui sometida a ese
infierno de escuchar la respiración y la excitación de él mientras me
violaba. Ni su cara de placer frente a la mía de pánico. Puede que nunca
olvide su cara ni su voz. Pero tampoco voy a olvidar nunca qué merezco y
quién soy y algún día me va a doler menos. Y la vida que tenía antes
del 18 de abril (que hoy parece una utopía) algún día me pertenecerá de
vuelta.
Me juré a mí misma que no voy a rendirme hasta que no haya justicia.
Manuela
PD: Nadie me hará creer jamás que fui, soy o seré culpable de que me hayan violado.