RIO GRANDE - Claudia Montiel, directora de la escuela 20 de Chacra
IV, donde también funciona la escuela 26 por la tarde, denunció los
reiterados actos de vandalismo que hacen insostenible la situación: no
sólo se dan los fines de semana sino durante el dictado de clases, con
cortes de luz y pedradas al personal que está haciendo la limpieza.
Por FM Del Pueblo, dio cuenta del intrusamiento
en la madrugada del sábado, donde los vándalos “arrojaron pintura en los
pasillos, en las paredes, rompieron armarios”, y ayer el escenario fue
peor: “Alrededor de las 3 de la mañana barretearon una puerta de
emergencia y rompieron los juguetes de la ludoteca, títeres, destrozaron
paredes a patadas, muebles, computadoras, orinaron dentro de la
escuela”, detalló la directora.
Frente a la puerta hay una cámara “pero desconozco si está en funcionamiento”, dijo, aunque las medidas que disponen no alcanzan. “Hay seguridad que provee el Ministerio de Educación a partir de las cero horas y supuestamente los intrusamientos ocurrieron antes de ese horario, porque el personal se encontró con esto, pero diariamente tenemos problemas: todos los días barretean las rejas de la escuela y le tenemos que pedir a los papás y los porteros que estén soldando”, aseveró.
Agregó que “el 2 de mayo habían barreteado una puerta de emergencia, ingresaron a la sala de informática y robaron ocho computadoras”.
También son víctimas de cortes de luz mientras dan clases, dado que violan “el pilar exterior donde está la llave general de la escuela. Pusimos un protector que se pagó con dinero de la escuela y lo robaron durante el receso escolar. Informamos a Infraestructura escolar, obras públicas, Cooperativa Eléctrica y estamos sin respuesta. La policía hace la ronda, estamos dando clases y nos cortan la luz, nos roban, nos barretean, nos rompen los vidrios, los porteros están limpiando a las seis de la mañana y les apedrean los vidrios mientras están trabajando”, aseguró sobre una situación desesperante.
Hoy hubo una reunión con representantes de ATE, porque al vandalismo se suma la desratización de la semana pasada, que no se terminó todavía. “La desratización inició desde el miércoles y estamos a la espera de que la empresa dé el alta. El personal no docente planteó que no había garantías de salud por la presencia de roedores muertos. Hablamos de distintas situaciones de la escuela, el tema de la seguridad, lo que ocurre en el barrio”, enumeró la directora sobre el cúmulo de factores que impiden el normal dictado de clases.
“La escuela funciona desde las 7 a las 20, con distintas actividades culturales y deportivas. Está abierta de lunes a sábado, con lo que implica para el desgaste del edificio y el trabajo extra de los porteros, pero lo hacemos para que los chicos no estén en la calle haciendo cualquier cosa. Después nos encontramos con estas situaciones, que son un golpe a la cara”, admitió.
Por el esfuerzo de los docentes, que “hicieron una venta de pollo”, se logró reunir el dinero para recuperar cuatro máquinas de las que robaron de la sala de informática, “pero hasta que no podamos garantizar la seguridad volvemos a lo mismo”, expresó.
“Nosotros venimos, limpiamos, juntamos, emparchamos, pedimos ayuda a instituciones, a políticos, a jugueterías, para recuperarnos, porque no podemos bajar los brazos, pero esto da mucha bronca”, dijo ante el panorama desolador esta semana y una nueva suspensión de clases.
“La huellas son chicas, estimamos que son chicos o adolescentes que están a las tres o cuatro de la mañana entrando a romper. Suponemos que son menores, que lamentablemente pertenecen al barrio. Hay una puerta de emergencia que está un poco expuesta y evidentemente juegan con eso. Da mucha bronca porque es mucho esfuerzo, tenemos jornada ampliada y siempre apostamos por más, que es más trabajo para nosotros, y estas cosas realmente amargan”, reiteró.
Nuevamente la escuela realizó los pasos burocráticos para informar lo ocurrido y apelaron a la solidaridad de padres y docentes para las reparaciones. “Por ahora están suspendidas las clases y dudo que haya un lugar con capacidad para ubicar a los 286 alumnos. Se suma el problema de los vándalos y la desratización en proceso”, concluyó.
Frente a la puerta hay una cámara “pero desconozco si está en funcionamiento”, dijo, aunque las medidas que disponen no alcanzan. “Hay seguridad que provee el Ministerio de Educación a partir de las cero horas y supuestamente los intrusamientos ocurrieron antes de ese horario, porque el personal se encontró con esto, pero diariamente tenemos problemas: todos los días barretean las rejas de la escuela y le tenemos que pedir a los papás y los porteros que estén soldando”, aseveró.
Agregó que “el 2 de mayo habían barreteado una puerta de emergencia, ingresaron a la sala de informática y robaron ocho computadoras”.
También son víctimas de cortes de luz mientras dan clases, dado que violan “el pilar exterior donde está la llave general de la escuela. Pusimos un protector que se pagó con dinero de la escuela y lo robaron durante el receso escolar. Informamos a Infraestructura escolar, obras públicas, Cooperativa Eléctrica y estamos sin respuesta. La policía hace la ronda, estamos dando clases y nos cortan la luz, nos roban, nos barretean, nos rompen los vidrios, los porteros están limpiando a las seis de la mañana y les apedrean los vidrios mientras están trabajando”, aseguró sobre una situación desesperante.
Hoy hubo una reunión con representantes de ATE, porque al vandalismo se suma la desratización de la semana pasada, que no se terminó todavía. “La desratización inició desde el miércoles y estamos a la espera de que la empresa dé el alta. El personal no docente planteó que no había garantías de salud por la presencia de roedores muertos. Hablamos de distintas situaciones de la escuela, el tema de la seguridad, lo que ocurre en el barrio”, enumeró la directora sobre el cúmulo de factores que impiden el normal dictado de clases.
“La escuela funciona desde las 7 a las 20, con distintas actividades culturales y deportivas. Está abierta de lunes a sábado, con lo que implica para el desgaste del edificio y el trabajo extra de los porteros, pero lo hacemos para que los chicos no estén en la calle haciendo cualquier cosa. Después nos encontramos con estas situaciones, que son un golpe a la cara”, admitió.
Por el esfuerzo de los docentes, que “hicieron una venta de pollo”, se logró reunir el dinero para recuperar cuatro máquinas de las que robaron de la sala de informática, “pero hasta que no podamos garantizar la seguridad volvemos a lo mismo”, expresó.
“Nosotros venimos, limpiamos, juntamos, emparchamos, pedimos ayuda a instituciones, a políticos, a jugueterías, para recuperarnos, porque no podemos bajar los brazos, pero esto da mucha bronca”, dijo ante el panorama desolador esta semana y una nueva suspensión de clases.
“La huellas son chicas, estimamos que son chicos o adolescentes que están a las tres o cuatro de la mañana entrando a romper. Suponemos que son menores, que lamentablemente pertenecen al barrio. Hay una puerta de emergencia que está un poco expuesta y evidentemente juegan con eso. Da mucha bronca porque es mucho esfuerzo, tenemos jornada ampliada y siempre apostamos por más, que es más trabajo para nosotros, y estas cosas realmente amargan”, reiteró.
Nuevamente la escuela realizó los pasos burocráticos para informar lo ocurrido y apelaron a la solidaridad de padres y docentes para las reparaciones. “Por ahora están suspendidas las clases y dudo que haya un lugar con capacidad para ubicar a los 286 alumnos. Se suma el problema de los vándalos y la desratización en proceso”, concluyó.