Los antojos que tenemos dicen mucho de vos, más de lo que te imaginás. ¿Querés saber qué dicen? Te lo contamos a continuación:
Dulces: Si siempre tienes el antojo de una donita, panquecito, pastelito o dulcito, es porque trabajás por mucho tiempo y realmente te sentís estresado.
Salados: Las personas con antojos salados como papitas o cosas crujientes son más relajadas y, tal vez, un poco flojas.
Harinas: Si querés pasta, papas o arroz, estás en la búsqueda de cariño; ya sea un abrazo o simplemente que te agarren la mano.
Picantes: Las personas con antojos picantes tienden a ser directas y arriesgadas. Les encanta salir de viaje y perderse en sus sueños mentales.
Crujientes: Quizá estés sintiendo enojo y frustración para desahogarte con algo que hará ruido; ya sea unas papas o unas galletas.
Chocolate: Si se te antoja el chocolate, es porque estás muy cansado.