En los últimos tres enfrentamientos, los de Gallardo anotaron dos goles y les metieron cinco, mientras que el equipo de Messi hizo catorce y le marcaron uno. Pero el partido debe jugarse.
Rodolfo D'Onofrio, presidente de River Plate, reconoció que desde que empezó a bajar las escaleras del Palacio Ducó, tras la eliminación en la Copa Sudamericana, ya está pensando en el Mundial de Clubes. "Ya tengo cara de japonés", reconoció en una entrevista radial.
El dirigente está convencido de que River levantará el nivel mostrado durante el segundo semestre de 2015 y confía en que si les toca enfrentar al Barcelona —ambos deben superar las semifinales— pueden vencerlo.
"A los europeos no les gusta jugar contra los sudamericanos. Tenemos una manera de jugar distinta, es otra actitud. Estoy convencido de que el equipo de Japón va a ser el de los últimos 20 minutos con Huracán", dijo en Radio Güemes.
"El Barcelona no me da miedo. Es el equipo soñado, es un equipo extraordinario.. pero miedo nunca, jamás. Estos chicos no le tienen miedo, es una motivación para ellos. Yo le quiero jugar al Barcelona de Messi, de Suárez, quiero enfrentarme a esos monstruos.Que se preparen porque le vamos a dar lucha", sostuvo D'Onofrio.
El presidente de River siente que el equipo se va a transformar antes del certamen y recuperará su mejor versión. "Hace tiempo que el cuerpo técnico, los jugadores y los hinchas tienen la cabeza puesta en el Mundial de Clubes", señaló.
"Uno nunca se va contento cuando pierde, pero lo que viene es distinto y vamos a levantar" indicó, y añadió: "Si llegamos a ser campeones del mundo, prepárense porque nos vamos a hacer notar. Sería una alegría enorme".
En sus últimas tres presentaciones y en todo el mes de noviembre el elenco que dirige Marcelo Gallardo anotó dos tantos y recibió cinco, mientras que el de Luis Enrique convirtió 14 en tres juegos la última semana y sólo le anotaron uno.
Este lunes se definirá el itinerario de River. Una opción es ir hacía Houston o Los Ángeles para trabajar unos días ahí y luego sí, llegar a tierras asiáticas. La otra es hacer una escala en Frankfurt, Alemania, como se hizo para disputar la Suruga Bank.