Se llama Tiago y tiene 12 años, últimamente ve pasar las interminables horas del día atado con cadenas a su cama como la última opción de su familia para evitar que se drogue. Consume paco desde hace un año, cuando sus familiares descubrieron en su mirada un horizonte perdido, una niñez terminada abruptamente y una conducta extremadamente rara.
Tiago está desnutrido, en su frágil cuerpo pesa toda la responsabilidad de un Estado y una sociedad que necesita rever que es lo que está pasando. Con sus cortos 12 años, este chico ya conoció los peores abismos y ante el pedido de ayuda desesperado de su familia muchos son los que miran para otro lado.
Con el corazón destruido y buscando nuevas soluciones, su abuela, que lo cuida desde hace años, decidió hacer público a través de fotos la manera en que las drogas están matando a su nieto.