Los dos
jóvenes entregaban aceite y cremas con cannabis para niños y adultos
enfermos. Una madre pide desesperadamente por su liberación para evitar
que empeore la salud de su hija.
Eric viajaba desde Córdoba a Buenos Aires a ver su
familia. Lo hacía seguido, pero cuando debió hacerlo para asistir al
funeral de su abuela, mientras iba en el micro, en la localidad de
Toledo, en la autopista Córdoba-Pilar, Gendarmería Nacional interceptó
la unidad en el cual viajaba y tras revisarle su bolso, le incautaron
cogollos, semillas y una jeringa de aceite de cannabis.
Ellos usaban las plantas para consumo personal y para prepara cremas y aceites de cannabis medicinal. Lo entregaban de manera solidaria, sin cobrar ni un centavo. La gente los conocían por su intención de ayudar, de palear dolores, luchar contra la crueldad de las enfermedades, y mejorar la calidad de vida de cientos, miles y más, niños, adultos y ancianos.
Entre los niños que ayudaban, sobre sale la historia de Estrella. Es una nena que pasó de tomar cinco medicamentos por día para no sufrir 250 convulsiones por día a volver a reir y jugar gracias al aceite cannábico.
Eric y Nicolás le prepararon un tipo de combinación especial que mantuvo a Estrella sin dolores, sin crisis, sin tristeza y alegró a toda la familia cuando comenzó a caminar y jugar por la casa. Pero ya no tienen más dosis y la detención de los cultivadores complica su salud. Volvió a sufrir episodios de convulsiones y su madre, Melody, está desesperada. "Hace una semana y media que mi hija no está consumiendo el cannabis y convulsionó. Quiero libertad para Eric y Nicolás, libertad", reclamó entre lágrimas en un video viral, deseando lo mismo para Estrella. Libertad del dolor y el sufrimiento.
"Hace una semana y media que mi hija no está consumiendo el cannabis y convulsionó"