Tal vez has llegado hasta este artículo esperando que te hablaría de los regalos materiales que más fascinan a los pequeños de hoy.
Pero no. Este artículo trata de algo más importante e intangible: de esos regalos que les acompañarán para toda la vida y les harán la vida infinitamente más hermosa y fácil.
He seleccionado cuatro de esos presentes, por su trascendencia en la vida y por lo fácil y económicos que son:
Autoestima
Como decía recientemente Punset en su blog, ¡nuestro estado de ánimo de hoy no depende tanto de las exigencias y las circunstancias del ambiente que nos rodean, ¡como de nuestra autoestima! Del amor y respeto que nos tengamos a nosotros mismos.
Muchas veces, cuando aquejamos de que no somos queridos por los otros, de que la vida nos decepciona constantemente o de que nunca somos elegidos, no estamos viendo del todo la realidad, sino proyectando lo que sentimos hacia nosotros mismos: si ahondamos más allá descubriremos que en alto grado quien no nos elige somos nosotros, quien nos hace sentirnos abandonados somos nosotros mismos.
¿Cómo dotar a nuestros hijos de autoestima? El ser cariñoso, verbal y físicamente, con nuestros hijos, se ha demostrado como uno de los protectores de la estima personal y del apego sano. Paralelamente, el amar a nuestros hijos incondicionalmente (lo cual no tiene nada que ver con regañarles a tiempo o darles refuerzos negativos cuando corresponda) les hará amarse incondicionalmente a sí mismos. El definitiva, el amor y el cariño que llegan de nuestros referentes se introducen y se trasmutan en el amor que sentimos por nosotros mismos.
Resistencia a la frustración
A menudo pecamos de evitarle cualquier frustración a nuestro hijo. Por ejemplo, le damos de comer siempre su comida favorita, le damos el pecho a demanda hasta los 3 años, le compramos todos los accesorios de Spiderman o Violetta porque todos sus compañeros del cole los tienen, etcétera. A veces nosotros mismos sufrimos más las insatisfacciones de nuestros hijos que ellos mismos, por lo que preferimos buscar desesperadamente su satisfacción eterna. Sin embargo, no regalarles todo lo que piden o explicarles que cada día se come lo que haya, son frustraciones a corto plazo que les harán resistentes a largo, y les dará un arma inquebrantable ante las adversidades: la paciencia.
Autonomía
El mundo
¿Cómo darles el mundo? Es más fácil de lo que parece. Viajar, conocer otras maneras de vivir, otras costumbres, otros idiomas desde pequeños no sólo les abrirá la mente, sino que les permitirá moverse por el mundo “como Pedro por su casa” cuando sean grandes. Un niño que viaja a otros países de pequeño o tiene familiares en otros países, se siente más capaz, cuando llega a adulto, de vivir un tiempo en el extranjero si un trabajo o un deseo personal de hacerlo, lo requieren. Por otro lado, hacerles aprender idiomas desde pequeños les facilita el aprendizaje de nuevos idiomas de adultos y potencia su memoria y capacidad de asociación. En definitiva, viajar y estudiar idiomas les hará internacionalmente competentes cuando sean mayores de edad, y eso les facilitará mucho la vida, laboral, intelectual y espiritualmente.
Rocío Carballo Psicóloga psicoterapeuta.